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La culpa es de los ciudadanos de a pié

El Presidente nos invita a reflexionar acerca de que si, en invierno, nos damos cuenta de que estamos en patas (sic) o en remera en nuestras casas, es porque estamos haciendo un mal uso de la energía. 

Hasta ahí podemos estar de acuerdo; el consumo responsable, sustentable y sostenible de la energía es algo que nos compete a todos.

Ahora: ¿el mismo ejercicio se le exige también a las grandes empresas e industrias, extranjeras y multinacionales en buena medida, que operan en el país?

¿Qué porcentaje del ahorro energético posible está en manos de los ciudadanos? ¿Qué porcentaje puede reducirse, por ejemplo, con sanciones a las grandes empresas que consuman irresponsablemente?

Esto, sin mencionar que el tema del ahorro energético no puede tapar el bestial aumento de tarifas que perjudica a las clases medias y bajas, principalmente. Son temas distintos, que van por carriles que no se chocan.

Claro que es imposible pedir un ejercicio de este tipo a un gobierno compuesto, en gran parte y sin subjetividad en este punto, por gerentes de empresas.

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