A Gabriela le parece que votar cada dos años lleva a un estado de competencia que tiñe la campaña. En su lógica, es mejor suprimir una instancia de expresión de voluntad ciudadana, que hacer autocrítica acerca de la forma en que la clase política se comporta.
El voto es la única herramienta que el sistema político le da a los ciudadanos de tomar alguna decisión relevante. Y, en un contexto en el que la representación está en crisis, la solución no es eliminar esa instancia participativa, sino incrementar las ocasiones en que los ciudadanos pueden expresarse en forma vinculante.
De hecho, que las campañas sean virulentas y destructivas es un problema más relacionado con la coyuntura política y quienes son parte de ese juego, que con los ciudadanos, que cada vez estamos más alienados respecto a las instancias de decisión.
Si la política y los políticos son cada vez menos representativos de la pluralidad de los ciudadanos, es la misma ciudadanía la que tiene que ser empoderada para revertirlo. Eso se logra fomentando la participación, y votar es el elemento más trascendental en este sentido.
Que el partido de gobierno promueva "eliminar la elección de medio término", además de antidemocrático, es muy elocuente respecto a su ideología.
¿No se le ocurrió a la vicepresidente que quizás sea mejor cumplir la ley electoral, y respetar los plazos establecidos para hacer proselitismo? A cargo del Poder Ejecutivo, tiene las herramientas para hacerlo.
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